Definir y estructurar objetivos es clave para el crecimiento y la eficiencia de cualquier empresa. Sin un sistema claro, es fácil perderse en métricas irrelevantes o en tareas sin impacto real. Por tanto, debemos tener una forma efectiva de organizar objetivos, y en Pymetic creemos que la base está en utilizar este sistema de cuatro niveles: Estrella Polar, KPIs, OKRs y tareas diarias.
La Estrella Polar: la gran dirección
La Estrella Polar es el objetivo principal que guía la empresa a largo plazo. Es una meta ambiciosa pero clara, que define el éxito global del negocio. Está relacionado con la misión por la que se fundó la empresa y debe ser el centro de cualquier otro objetivo marcado por la compañía. Este objetivo debe ser inspirador para que todos remen en la misma dirección y servir como referencia para la toma de decisiones estratégicas.
KPIs: las métricas clave de éxito
Los Key Performance Indicators (KPIs) son métricas que permiten medir el progreso hacia la Estrella Polar. Son indicadores numéricos que reflejan el estado del negocio y ayudan a detectar áreas de mejora. Los KPIs deben ser pocos, relevantes y revisados periódicamente para tomar decisiones basadas en datos.
Algunos ejemplos muy básicos podrían ser: la tasa de conversión (% de visitantes que compran un producto o servicio, el costo de adquisición de clientes (cuánto cuesta captar un nuevo cliente) o la tasa de retención (porcentaje de clientes que siguen usando el servicio después de X meses).
OKRs: metas accionables para cada trimestre
Los Objectives and Key Results (OKRs) ayudan a traducir la estrategia en acciones concretas a corto y medio plazo. Para que todos lo entendamos, son las métricas que nos ayudan a alcanzar paso a paso los KPIs marcados, siendo el escalón inferior a estos. Se estructuran en un objetivo cualitativo y varios resultados claves, que deben ser cuantificables y medibles.
Por ejemplo, si el objetivo es aumentar el engagement de nuestros clientes en la plataforma, los resultados calves pueden ser: aumentar en un 20% la tasa de apertura de emails y educir en un 15% la tasa de cancelación de suscripciones.
Tareas diarias: la ejecución del plan
Finalmente, las tareas diarias son las acciones concretas que los equipos deben realizar para alcanzar los OKRs. Algunos ejemplos para continuar con lo anterior: redactar y enviar una campaña de email con segmentación optimizada, implementar mejoras en la interfaz para reducir el abandono de usuarios o analizar el feedback de clientes para ajustar la estrategia de retención. Al conectar las tareas con los OKRs y KPIs, cada acción diaria contribuye directamente a los objetivos de la empresa.
Conclusión
Siguiendo esta estructura, puedes asegurarte de que cada nivel de planificación esté alineado con el crecimiento del negocio: la Estrella Polar define el destino final, los KPIs miden el progreso en el camino, los OKRs aterrizan la estrategia en metas trimestrales y las tareas diarias convierten la planificación en acción.
Este sistema permite optimizar el trabajo diario sin perder de vista la visión a largo plazo, por eso es importante tener un sistema claro de revisión para ver que no cambiemos el rumbo y que exista coherencia entre todos los pasos. Si no es así, podríamos encaminar el trabajo a un lugar muy diferente al que queremos llegar.